Un Poema para mi Novia Hermosa
La muerte del amor
Como relámpago cae sobre mí la noticia con la desdicha que pone lúgubre mi corazón, el mundo comienza a partirse y caigo hasta el fondo extendiendo la mano queriendo tocarte.
La lava que brota de las entrañas de la tierra consume mi carne, mis huesos mi alma, miro al mundo nublado con desdén.
La muerte consume mi cuerpo gastado y cansado de luchar ahora soy uno con la tierra más allá del infinito sé que mis sentimientos no cambiaran por ti, aquellos que solo tu mi diosa constelada has sido capaz de crear, esos que solo tú en tu infinita esencia puedes conservar.
De repente el magma se endurece bajo ráfagas de aurora solo una lagrima de mi extenuado rostro marchito pueden lograr calmar esa furia candente que me consume.
Y desde la distancia bajas a la sepultura impuesta por este perro destino tocas mi rostro pero ya es tarde tal vez sea el momento del adiós.
Nelson Quiroga
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