Entramos en el juego del amor, que se transforma en deseo arremolinado hecho llamas incontenibles, entonces todo arde, los cimientos que sostienen la cama se pulverizan hasta quedar en cenizas.
Los cuerpos se consumen en el calor infinito hasta fundirse en uno solo y entramos en el juego de la seducción erótica cual abejas; cada beso es más dulce que la miel y arrebatadamente el aguijón es cambiado por las bocas que se clavan en todo el cuerpo junto con las miradas.
Solo quiero hacer que esta llama no sea una quimera e ir volando hacia la soberbia flama como la mariposa endemoniada a sabiendas que morirá, pero porque conformarse con ser mariposa si puedo renacer como el fénix en este arrebato infinito de amor y pasión desenfrenada.
Por un segundo mengua tanta pasión y caigo renacido en tus brazos, entonces reímos, lloramos, hablamos, soñamos, nos tornamos impredecibles pero lo único constante es que nos amamos.
Nelson Quiroga
1 comentarios:
mucho muy interesante
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