Un Poema de Amado Nervo muy bueno, se que les va a gustar, disfrútenlo.
Apocalíptica
I
Y vi las sombras de los que fueron,
en sus sepulcros, y así clamaron:
«¡Ay, de los vientres que concibieron!
¡Ay, de los senos que amamantaron!»
en sus sepulcros, y así clamaron:
«¡Ay, de los vientres que concibieron!
¡Ay, de los senos que amamantaron!»
II
«La noche asperja los cielos de oro;
mas cada estrella del negro manto
es una gota de nuestro lloro...
mas cada estrella del negro manto
es una gota de nuestro lloro...
¿Verdad que hay muchas?
¡Lloramos tanto...!»
III
«¡Ay, de los seres que se quisieron
y en mala hora nos engendraron!
¡Ay, de los vientres que concibieron!
¡Ay, de los senos que amamantaron!»
y en mala hora nos engendraron!
¡Ay, de los vientres que concibieron!
¡Ay, de los senos que amamantaron!»
IV
Hui angustiado, lleno de horrores;
pero la turba conmigo huía,
y con sollozos desgarradores
su ritornello feroz seguía.
pero la turba conmigo huía,
y con sollozos desgarradores
su ritornello feroz seguía.
V
«¡Ay, de los seres que se quisieron
Y en mala hora nos engendraron!
¡Ay, de los vientres que concibieron!
¡Ay, de los senos que amamantaron!»
Y en mala hora nos engendraron!
¡Ay, de los vientres que concibieron!
¡Ay, de los senos que amamantaron!»
VI
Y he aquí los astros — ¡chispas de fraguas
del viejo Cosmos! — que descendían
y, al apagarse sobre las aguas,
en hiel y absintio las convertían.
del viejo Cosmos! — que descendían
y, al apagarse sobre las aguas,
en hiel y absintio las convertían.
VII
Y a los fantasmas su voz unieron
los Siete Truenos; estremecieron
el Infinito y así clamaron:
«¡Ay, de los vientres que concibieron!
¡Ay, de los senos que amamantaron!»
los Siete Truenos; estremecieron
el Infinito y así clamaron:
«¡Ay, de los vientres que concibieron!
¡Ay, de los senos que amamantaron!»
Amado Nervo 1898
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