Escucho, digo, miro, toco y siento
Alerto mis sentidos ante esta presencia casi mortuoria, casi divina, casi terrenal, casi inexplicable.
Te muestras pálida frente a este ser llevado por los vientos vitales del planeta ahogándose en su saliva cual si fueran los mares mas turbulentos.
Alada y angelicada puedes salvarme, pero miras a la distancia y me dejas morir, entonces ya no eres celestial eres hidra en el mar que me apriciona y me ahoga con engaños, con mentiras, quiero acabarte con mis manos y en ese instante despierto en mi cama con tu cabeza en mi mano y una daga en la otra, ¿fue real o tan solo un sueño?
Nelson Quiroga Ibague
0 comentarios:
Publicar un comentario